jueves, 16 de junio de 2011

Saint Jean Pied de Port a Roncesvalles 2

Pim pam pim pam pim pam, llevamos muy buen ritmo, disfrutando a tope. Llegamos a Roncesvalles hacia las 13, en el albergue nos sellan y nos cobran. También nos dan una hojita a rellenar con los datos personales y un apartado que pregunta algo como motivo para hacer el camino y las siguientes opciones:
RELIGIOSO, ESPERITUAL, DEPORTIVO, CULTURAL y OTROS.  Joé.. vaya pregunta, y ¿yo que pongo? estaba entre lo de espirutual y lo de otros, aunque lo de deportivo tampoco lo de descartaba del todo. Finalmente sin pensarlo demasiado puse la cruz en lo de espirutual. (1)

Hasta las 14h no abren. Un frances que ha llegado un poco antes le dice en francés a su compañero que no entiende a estos españoles, que como que aun no se podía subir. Dejamos ahi las mochilas, y como estoy tan ilusionada de poder comer en una mesa en lugar de la triste quiche propongo ir a comer. Y alli que vamos los cuatro que hemos ido juntos, el extremeño, antonio y arturo.

Ah! por cierto, no os he contado lo de Arturo, recordais que os hablé de un hombre que vi desde el autobus y que llevaba dos mochilas, pues bien, este era Arturo, y las dos mochilas eran suyas.. se ve que en el último momento al hacer la mochila vio que le faltaba sitio y su hijo le dio otra. Asi que la etapa más dura del camino que dicen que es de Saint Jean a Roncesvalles el tio, con sus 61 años la ha hecho con una mochila delante y otra detrás. Como veis en el camino cada uno va con su propia carga y a su propia manera. Metafórica y literalmente. +ç

A las 20h, vamos a la misa del perégrino, no recuerdo cual fue la última vez que acudí a una misa que no fuera bautizo a comunión. Al principio escucho, al poco como tiempo atrás se me van mis pensamientos aqui y alla. A veces conecto, alguno de los curas nombra todos lo paises y comunidades de los peregrinos que ese dia estan en Roncesvalles, a veces suelta una frase en otros idiomas. Y en esas como hacia un metro y medio a la derecha en el pasillo central veo una especie de cucaracha que pega unos saltos volantes que no están mal, pienso que la gente que tiene fobia de esa heavy lo pasaría mal, a mi que tampoco es que me encante solo deseo que el bicho no se acerque a mi, miro a los de mi alrededor buscando alguna mirada de simplicidad que también haya visto al bicho pero nada, me quedo sola. La cucarachita se va acercando hasta donde estoy yo, y entra en mi pasillo, yo disimuladamente doy un pasito a la izquierda, y asi entre un movimiento y otro el de mi lado se da cuenta y se rie discretamente. Agradezco que alguien comparta conmigo la situación. Al final ya no veo al bicho en ningún lado.
Llega el momento de repartir la hostia, ese momento que se me solía hace un poco incómodo, por el simple hecho de no ir. Espero que más gente se levante y vaya para allá, ¿no?, pero para mi sorpresa aproximádamente la mitad de los que estamos alli no vamos a tomar la hostia.
Para mi lo más emocionante de esa misa, además de la cucaracha y de ver las cristaleras bonitas fue el momento que el cura dijo algo como que si eramos creyentes o no nos acercaramos al altar, y alli todos juntiquiños nos echó una bendición o algo parecido. Por primera vez no me sentí exlucida en la congregacíón, o vamos quise sentirme parte de algo asi como espirutual.


(1) Dias posteriores una francesa explicó que otro motivo que alguien le había comentado para hacer el camino era el broncearse...

 

... cada uno tiene su camino...

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