miércoles, 15 de junio de 2011

Hasta Sant Jean Pied de Port

Bueno bueno bueno... Se podría decir que el inicio de mi camino no fue lo perfecto y maravillosamente planificado que pudiera ser...

El día anterior de transportarme estaba yo preparando la mochila, a las 21h ya la tenía casi lista, solo me faltaba pesarla para ver qué tal y comprarme el billete de tren para ir hasta Pamplona. Así que, como iba bien de tiempo, salí a tomar un bocata para cenar con mis amig@s para despedirme, 33 dias caminando y sin verles me esparaban...

Regresé a casa hacia las once o doce de la noche, pesé la mochila: 10 kg; mierda! (con perdón de mi madre que no soporta que use palabras mal sonantes), me pareció demasiado, asi que me empecé a estrujar el cerebro para poder reducir lo que consideraba necario como líquido lentillas y la crema solar y quité otras cosas como las zapatillas de velcro... Acabé de enviar algún mail pendiente, limpié los platos pendientes y vamos nose que más narices hice para que se me hicieran las tres... ups...

Se me hicieron las tres, y aunque era tarde preferí sacarme el billete de tren para asegurarmelo... ups! Sorpresa, tren lleno? Pero tanta gente va a Pamplona pagando 60 eurs y un dia que alli no es festivo? Pues por lo visto si.. me pongo a mirar buses, no habian muchos durante el dia, y tenía que cuadrarlo con el único autobus diario que iba de Pamplona a Roncesvalles.. asi que nada, compro un billete de bus para las 7 de la mañana, barro la habitación.. que por que? No se irme durante 34 dias y dejar la pelusilla de un par de semana me da como cosa.. total, me acuesto a las 4 y me pongo el despertador a las 5.. me rio y pienso que soy un desastre.. a esas horas intempestivas paso por casa de la familia, les dejo el coche y tres calabacines que en mi casa se hubiesen puesto malos.. y me voy al tren camino estació del nord en Barcelona, mira que voy poco por alli pero siempre que vuelvo me da la sensación de poco cuidada y sucia... tanta ostia de Barcelona cosmopolita, tanto ave, tanto aeropuerto y luego una estación de autobuses que seguro usa bastante gente en ese estado.. nose a lo mejor soy yo que soy una fina... 







Al empezar a ver otros mochileros y algunos con la concha símbolo del peregrino se disipan esos pensamientos y la ilusión vuelve a renacer... caminantes... como mola... llegamos a Sants donde la parada de autobuses tampoco es que sea increíble, veo algun otro mochilero, uno con dos mochilas, una grande y una + pequeña, imagino que espera a alguien. Por delante seis horas y media de trayecto, voy durmiendo en todas las posiciones, me paseo en los quince minutos de parada y me como tres galletas y tres bombones que había cojido al salir de casa. Llego a Pamplona a las 13:30, la idea es coger el bus a Roncesvalles a las 18h y desde alli un taxi a St Jean.. lo más duro del trayecto el aire acondicionado, menos mal que me he subido el polar. En la estación de autobuses de Pamplona me aborda un hombre y me dice que si quiero compartir un taxi hasta St Jean, que son cinco personas y que en un taxi grande saldría a cuenta.. al final acabamos siendo 8, por suerte una de las hermanas de Bilbao, se había traido el teléfono de los taxis gigantes, el único inconveniente fue esperar unas horas al taxi.. pero bueno, tampoco teníamos prisa, ese dia no ibamos a caminar.

El taxista navarro no paró de explicar cosas de la región y del camino, él mismo lo había recorrido hacía doce años y anualmente recorre las cuatro etapas que le parecen más bonitas. Lástima que entre tanta información y las cabezaditas que me iba echando retuve bien poco... Después de una hora y media y no sé cuantas curvas llegamos a Saint Jean Pied de Port, nos dirijimos a la oficina del perégrino, algunos compran la credencial, yo le pongo el primer sello y me hago con la concha que sirve para identificar a los peregrinos.. lo de la concha me hace una ilusión tremenda...



A continuación vamos a un albergue, y su estancia en el casu resulta otra aventura. Nos abre Audine, la propietaria, que parece entender español pero no lo habla, y para mi sorpresa me doy cuenta que soy de las pocas que le entiende. Tanto tiempo dedicado al frances hace años, yo pensando que no tengo ni idea y por lo visto la comprensión del idioma se me ha había quedado. Nueva ilusión... es que el camino está lleno de ilusiones, porque casi no vale la pena ni mencionar mi macarrónica expresión de esa lengua. La mujer resulta ser una obsesiva del copón, cuando nos muestra la habitación a las hermanas y a mi, antes de dejar la mochila en el suelo nos dice que las dejemos encima de la silla. También nos insiste en que no saquemos nuestros sacos porque llevan chinches... pero si para la mayoría de gente esta es la primera noche, claro que existe la posibilidad de traerlos de nuestras casas pero creo que es poco probable... también nos insiste que a las 22h se cierra y que españoles e italianos somos un desastre, que nos quedamos durmiendo hasta tarde y no se cuantas cosas más.. no se, nos riñe por tantas cosas que hacemos y que no hacemos que ya pasamos de ella y marchamos a cenar nuestro primer menú del peregrino...




Una sopa con patata, zanahoria, puerro, algo de jamon y chorizos y algunas aluvias, me recuerda a una mezcla de purrusalda y favada. Damos un paseo para bajar un poco.




Hacemos unas cuantas fotos y a dormir. Aunque fueran las diez de la noche como apenas había dormido la noche anterior en seguida caí frita...


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