que ese camino alternativo es mejor. Asi que ese cojemos, y parece que tiene razón, discurrimos por un sendero arenoso, a la derecha el canal y a la iquierda los campos. Me empiezo a sentir agotada, nunca me había pasado tan pronto, noto que voy más lenta, pero para animarme pienso que al menos voy. A pink hace un rato que por lo visto le duele el pie y va un poco coja. El paisaje encontrandonos como nos encontramos en la meseta no está nada mal, pero estoy muy cansada, siento que me cuesta mucho seguir para adelante. Será la falta de alguna hora de sueño? será la falta de un desayuno más consistente? el cansancio de ayer?
Nos hacemos unas cuantas fotos ahí espachurrada, yo estoy encantada de que Marta también haga fotos que asi también me podré ver a mi, desde la posición en la que se ve lesta foto me saca un primer plano muy bonito en el que se ve los palos rojos desenfocados, y la concha de mi mochila. Mientras estamos alli, llega Salvador y su colega de viaje Rumano, decidimos hacer el arroz a la cubana juntos y Salvador quiere añadir platanos fritos. Me acuerdo de mi padre que también es de las islas. Llegan también Eduardo y Bu que me dan muy buen rollito con Sebastian, un alemán al que yo todavía no conocía. Asi van llegando otras caras conocidas de los últimos dias y otras menos conocidas.
Abren el albergue, la monja que lo hace es super agradable, nos ofrece te a la mayoría. Vamos pasando tranquilamente, mostrando nuestras, credenciales, intercambiando algunas palabras, nos explican que a las seis se reunen para hacer una tarde musical cantándo algunas canciones.
Al llegar, algunos se van a comprar la comida, yo me ducho y lavo la ropa, hoy tenía bastante, y además he añadido el polar que será la primera vez que lo lave en este viaje y supongo que la última. Tiendo en la terrazita tan maja que tienen, que está llena de cordoles para colgar ropa y una buena mesa con muchas sillas al sol y sombra.
Me levanto y ahi que vamos. En seguida se haecn las seis, asi que voy a la tarde musical, "a ver que me encuentor" pienso, me siento en los banquitos del recibidor del albergue tienen unas cuantas hojas con canciones, empiezan a cantar una acompañados de una guitarra que toca otra de ellas, vamos uniendonos al canto color esperanza "Saber que se puede querer que se pueda quitarse los miedos , sacarlos a fuera, pintarse la cara color esperanza, tentar al futuro con el corazón" Después de esta explican un poco en que consiste ese encuentro y nos explican que tienen dos regalos para nosotros. Cantamos Guantalamera. Animan a que alguien salga a cantar algo en su idioma. Sale Eduardo, le saco alguna fotos. Sale el polaco que hasta ese momento lo había visto muy concentrado en sus pensamientos. Cantamos el himno de la alegría y nose si alguna otra. La verdad es que yo me he ido emocionando y disfrutando del momento. Una monja vuelve a hablar, a la vez una estadounidense va traduciendo.
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