domingo, 3 de julio de 2011

De León a Hospital de Órbigo, 3 de julio

Como todos los días no me había puesto el despertador, dado que no estaba en el albergue y que me acosté a media noche imaginaba que me despertaría algo más tarde, ya me parecía bien.
Me he despertado a las 7:15, hoy quiero llegar a hospital de Órbigo y si me encuentro bien intentar tirar más, lo primero que he pensado entre sábanas de nuevo es que aun no he decidido si coger la ruta alternativa, según explica la guía es un camino que propusieron en el 1993 siguiendo el antiguo camino romano, hasta el 93 iba mucho trozo por la carretera, y de hecho por esa vía lo sigue haciendo mucha gente. Le pregunto por escrito a fran cual hizo él, dice que la que va por carretera, pero que no me puede aconsejar porque no puede comparar.  Llamo a Marta, ya está caminando, dice que también hizo la de la carretera, ya de paso hablamos de la jornada de ayer y nos damos ánimos. Me lavo los dientes, me pongo las lentillas, me como un bollito de chocolate que queda por la mochila, empiezo a recoger , estiro.. Pienso que la preparación matinal desde un hostal o hotel requiere más tiempo y es más fácil dejarse o perder algo porque el día anterior lo dejas todo más esparcido (al menos eso suelo hacer yo). En el albergue te dejas la mochila casi lista y no esparces casi nada porque no tienes donde esparcir, vas con tu neceser o mochilita de aquí para allá pero siempre (o casi) lo acabas dejando todo en la mochila. Así que nada, esto de los albergues de peregrinos es tan practico, que pa'que volver a hostales o hoteles? Jeje..
Estiro, saco alguna foto a la especie de terraza de la que ahora no me sale el nombre. Relleno mi bote de jabón con jabón del que hay allí. Eh! No es que sea una rata, pero el otro día en el super no encontré gel y champú combinados, ni si quiera recuerdo a ver visto geles de tamaño pequeño. Acolcho y desinfecto las pupas de mis pies. Me pongo la camiseta de manga larga, cargo la mochila, pongo almendras en mi bolsillo izquierdo, coloco la cámara y salgo de la habitación. En el saloncito, estudio el mapa que está colgado, es de León y marca el camino. Es que he hecho memoria y no recuerdo señales ahí cerca. Al salir, giro a la izquierda y en seguida veo la flecha amarilla, jajaja, la peregrina moderna que llevo dentro ha despertado, porque os aseguro que en estos días de relax no había visto casi las flechas amarillas.. Voy comiendo almendras. Pienso en Arturo, hace días que no se nada, pero en el último mail ya me dijo que estaría desaparecido porque se iba al pueblo a estar con sus padres unos días para resolver algunas cosillas pendientes.
Pues nada, voy siguiendo las flechas hasta que me llevan a un nuevo gran edificio situado como en un jardín antes de descender a un parque, o era cruzar un riachuelo?, lo de nuevo edificio es por yo no lo había visto todavía, no porque sea nuevo en si. Es una fachada imponente. Intento recordar las dos horas y media de visita guiada de ayer, me suena que algo dijo.. mmm RAM al 100% pero no saco nada.. veo que ahora parte de él es el parador. Miro las fotos que he tomado para ver la información que da el GPS de ellas, pone que en el lugar que he tomado la foto está el hospital de san marcos.. pues bueno.. quizás lo sea.
A partir de ahí la ciudad de León se hace larga.. en realidad ya tiene sentido, ayer la guia explicó que la ciudad fue creciendo conforme al camino. Hasta el siglo catorce se fueron colocando allí negocios que vivían de la peregrinación. A partir de ese momento se entró en crisis por la peste. Esta hizo que disminuyera sobremanera el número de peregrinos. Y por los visto esta crisis duró 4 siglos.. esperemos que la nuestra no dure tanto.. Es domingo y las 9 de la mañana, así que hay muy poca actividad en la calle. Empiezo a ver algún bar abierto y con peregrinos. Pero ahora estoy bastante animada como para parar. También veo algún grupillo que vuelve de fiesta. Sigo en marcha.. si que es larga esta ciudad, y la verdad que hacia las afueras no tiene demasiada gracia..
Llego al último pueblo antes de la bifurcación. Poco antes de separarse los caminos veo a un propio y le pregunto por las dos posibilidades del camino que, me explica como coger la alternativa que pasa por Villar de Mazarife y me la recomienda. Voy como me ha dicho y en el momento de la bifurcación está bien indicado con spray amarillo.. pues venga allá que vamos. Xini xano. Hoy es el primer día que camino sola. Otra día que también empecé haciéndolo al poco me junté con Teresa. La verdad es que me siento a gusto, en la última semana creo que había tomado poco momentos para mi.
Por el camino me cruzo con Jose María, un hombre cojo pero que camina a muy buen ritmo, me da conversación, me comenta cosas de la zona, me pregunta que de donde soy, me informa sobre las fuentes y se medio disculpa por si me ha hecho cambiar el ritmo y yo le digo que al contrario, que a gracias a ese encuentro me ha dado información muy valiosa para el camino de hoy.

Llego a la siguiente población y a la entrada tienen una fuente y unos bancos. Allí que me paro, bebo agua y como no tengo clara las características de la etapa de hoy lleno la cantimplora. También para allí un chico, me cuenta que empezó el camino un poco antes de León. Es mexicano, y ha estado meses en Madrid creo que haciendo un stage. Consultamos su guía y me explica que este camino alternativo son 5 o 7 km más largo que el otro.. la verdad es que pensaba que no alargaba tanto, pero aun así sigo prefiriéndolo, el asfalta es realmente duro por su monotonía y consistencia.
Ya hace calorcito, me quito los camales y me cambio la camiseta de manga corta por una de tirantes. Arrancamos juntos, me da pereza porque aunque parece buen chaval no me apetece ir acompañada. Unos minutos después me dice que irá su ritmo, nos despedimos parcialmente y lo dejo atrás. Camina que camina. En algún punto que ya no recuerdo dejo un mensaje. Llego hasta otra zona de casitas, mini plazita con fuente, gato, dos banquitos al sol y sombra y una chica delgada y morena sentada en uno de ellos.

Hasta aquí había escrito en el camino en plan normal, a partir de este punto en el texto dejé hecho un esquema borrador de esos que hacía un poco para recordar cuando no me daba tiempo o no tenía fuerzas de escribir. Hoy 30 de julio, cuatro semanas despúes de aquel día, ya vuelta a la "normalidad", ha caído una fuerte tormente ahí fuera y ha sido inevitable que ese día tan especial resurgiera en mi memoria. Esos recuerdos me han animado a continuar con lo que dejé inacabado.

Después de un tiempo que no recuerdo entro en otro pueblito a la entrada un pequeño parque en forma de isleta, un banco a cada lado resguardados por la sombra de unos árboles una fuente y una peregrina. Paro allí y hablo con la peregrina, me cuenta que es Mexicana y que ha venido con su novio, pero que caminan por separado y suelen encontrarse en destino... me parece curioso.. me explica que sino son demasiadas horas juntos y que así se puede pensar.. me sigue pareciendo curioso pero lo que decimos, "cada uno hace su camino...". La peregrina marcha, al poco llega el chico mexicano que conocí hace unas horas, saco una manzana, el peregrino se hace un bocata y se pone a leer.

Suena el teléfono, gracias a que estoy en el descanso puedo oír y responder la llamada. Es Arturo! oigo campanas de fondo, me pregunta que si se donde está, me explica que está en Santiago porque ha ido allí en avión esta mañana y que va a coger un bus a Ponferrada. Madre mía! que ilusión, un sueño, Arturo ha vuelto... Calculamos y estará a dos etapas por delante mio.. buuuff con lo que el tira él va a ser complicado pillarle, me dice que tiene un billete de vuelta  en avión el 12 de julio por la tarde. Me anima a que tire tire que si hace falta él haría una media etapa. Así que como un burro que sigue a una zanahoria, yo seguía la estela de mis amigos, Eduardo y Bu los más cercanos, luego las Martas y más adelante Arturo. Me vuelvo a poner el gorro y las gafas de sol y en marcha, me empuja la ilusión que ha despertado después de hablar con Arturo. 

Da el sol pienso que en la próxima parada debería ponerme crema. Pensando pensando me doy cuenta que Antonio no debe de estar lejos de Ponferrada, con suerte Antonio y Arturo se pueden encontrar hoy o mañana. Llamo a Antonio pero alguno de los dos no tiene cobertura. El camino es arenoso, al menos no es carretara. Llamo al Jordi, nos ponemos al día antes de irme al camino se había quedado muy satisfecho de una entrevista de trabajo pero ahora hacía un par de semanas que no le daban respuesta.. yo sospecho... desde San Juan que él iba borrachillo y yo iniciaba la marcha al alba que no hablamos.  Volvemos a hablar de la posibilidad que se independice y se venga a vivir conmigo coincidiendo con la marcha de mi compañero de piso. Me dice que se alegre de verme bien, vamos verme verme no puedo, pero supongo que es lo que interpretó por mi tono y ganas de hablar. Al colgar me quedo con la frase esa de que se alegra de verme bien, por primera vez en el día tomo conciencia de que estoy bien, de hecho me siento muy pero que muy bien después del bajón de Reliegos. Supongo que estos dos días de descanso me han hecho mucho bien. 
Paso un pueblo, el siguiente está a siete kilómetros que con el calor que hace ya son.  Estoy caminando por un camino que discurre por una gran llanura, pocas sombras. Adelanto a un grupo que parece una familia. Noto un poco de ardor en la parte delantera de la planta del pie derecho. Hay un punto que se cruza un camino perpendicularmente y alli hay algo de sombra que dan unos árboles. En ese cruce me siento, apoyo los palos, el gorro y las gafas en una especie de acequia o pozo que hay ahí y me siento donde la sombra. Me descalzo. Me como una naranja que llevaba días en la mochila, y me sabe a gloria. Acolcho la zona de quemazón. y me estiro allí mismo en el suelo. Que maravilloso ese descanso a pesar de que el lugar no tiene nada. En esas que pasa un tractor o un vehículo por ahí, me aporto un poco y el que lo conduce me dice con una sonrisa algo parecido a que vigile que ese no es el mejor sitio para estar estirada. 

Emprendo de nuevo la marcha, estoy cansada pero me animo pensando que el siguiente pueblo ya es mi destino. Cuando llego al siguiente pueblo, veo un cartel y joer!! no es hospital de Órbigo.. que ha pasado? me quito la mochila, y casi diría que la lanzo al suelo y me desparramo ahí mismo al lado del cartel. Miro la guia, claaaaaro, en la última ojeada que le pegué me lié con la ruta original y la alternativa pero en realidad aun me faltaban 5ente está a siete kilómetros que con el calor que hace ya son.  Estoy caminando por un camino que discurre por una gran llanura, pocas sombras. Adelanto a un grupo que parece una familia. Noto un poco de ardor en la parte delantera de la planta del pie derecho. Hay un punto que se cruza un camino perpendicularmente y allí hay algo de sombra que dan unos árboles. En ese cruce me siento. Que maravilloso ese descanso a pesar de que el lugar no tiene nada. En esas que pasa un tractor o un vehículo por ahí, me aparto un poco y el que lo conduce me dice con una sonrisa algo parecido a que vigile que ese no es el mejor sitio para estar estirada. 

Emprendo de nuevo la marcha, estoy cansada pero me animo pensando que el siguiente pueblo ya es mi destino. Cuando llego al siguiente pueblo, veo un cartel y joer!! no es hospital de Órbigo.. que ha pasado? me quito la mochila, y casi diría que la lanzo al suelo y me desparramo en el suelo ahí mismo al lado del cartel. Miro la guia, claaaaaro, en la última ojeada que le pegué me lié con la ruta original y la alternativa pero en realidad aun me faltaban 5 km. Lo más duro no eran los cinco kilómetros que faltaban, lo más dura era haberme echo a la idea de que ya llegaba, como otras veces pienso que lo de las expectativas es un peligro. Me planteo dormir allí pero lo descarto por varias razones, una es que el camino no pasa por el pueblo, es decir el pueblo queda a la derecha, y hacer esa pequeña desviación me parece que no tiene sentido, y la segunda y más importante es que mis amigos están ahí delante y todo lo que no camine se acumulará y no me ayudará en acortar distancias. En ese preciso instante de desparramamiento y aceptación de la situación recibo un mail de alguien querido, mirando al cielo contesto al final rápidamente porque empieza a dar un aire, a oscurecerse y veo unas nubes que se van juntando. Tiene una pinta de que va a llover... Le pongo el impermeable a la mochi? prefiero iniciar la macha y tirar sin ponerlo. Voy caminando, no llueve, se empieza a ver el pueblo.. bien bien bien.. Paso por una zona de aspersores que riegan que hasta me mojan un poco, me río y pienso si si, echar agua, que tiene mucho sentido con la pinta que tiene que va a caer una.. Aun así yo confió que a mi no me caerá y que antes habré llegado al albergue. Empiezan a caer gotillas, y más gotillas, paso por un pequeño puente que debajo deja un riachuelo o un canal artificial ya no recuerdo, pongo el impermeable a la mochila, envuelvo la cámara en varias bolsas y la hundo en las profundidades de la mochila, me planteo si ponerme yo el impermeable pero me da pereza y aun confío que quizás no llueva demasiado... las gotas se convierten en lluvia lluvia, y en nada en tormentón, ajusto la mochila para que quede bien pegada a la espalada y el agua no se cuele entre mi nuca y ella.

En un momento estoy empapada, ahí voy, con los pantalones cortos, la camiseta blanca de manga larga y las zapatillas negras todo empapado. Como me queda poco no me preocupa incluso disfruto. Si notaba alguna rozadura en el pie desaparece esa sensación. En la entrada del pueblo si quedaba algún trozito de mi seco ya no existe, se ve el puente de Órbigo bien grande y bonito, lástima que está como en obras, empiezo a pasar por el puente bajo cántaros de agua pienso que si alguno de los que van en coche por ahí cerca me van a pensar que estoy loca, y justo cuando estoy atravesando el puente increíble, no me lo puedo creer, empieza a granizar!!! evidentemente no tengo donde resguardarme, simplemente levanto un poco los palos como para que los mangos protejan algo mi cara.. noto que un hielito de esos me ha entrado en la zapatilla, que incomodo.Me río de la situación de lo surrealista que me parece..

Entro en el pueblo, el albergue no se ve, consigo resguardarme en unos soportales, deja de granizar, tengo un flash y sueño con el sobre de sopa que llevo en la mochila y con una ducha caliente. Deja de granizar aunque sigue lloviendo, sigue atravesando el pueblo, el albergue no aparecen pregunto a alguien que cuanto me queda. Finalmente llego, nada más entrar me sorprende, es muy agradable y suena música clásica, como un patio interior hecho de madera, y en las zonas resguardadas en un lado duchas y baño y al otro un sofá y bancos. Ahí a la izquierda están los hospitaleros, pago los cinco euros, me sellan la credencial y acordándome del truco de los periódicos y las zapatillas mojadas les pregunto si tienen alguno, aunque no es muy grueso tienen uno del día anterior, muy amablemente me muestran el albergue. Me quito las zapatillas y las lleno de papel de periódico por dentro. Me sonríen algunos de los peregrinos que hay por ahí, una chica que le, un hombre y una mujer en el sofá que hablan... Me doy cuenta que ninguna cara es conocida, claro.. he estado parada dos días y son todos nuevos para mi.. pero lo agradezco, estoy en ese estado de cansancio-intro-lluvioso que el echo de que sean desconocidos me da la libertad de dejar la comunicación en una sonrisa sin verme obligada a conversar.
Estiro. Me situo en la habitación y voy para la ducha. La temperatura está prefijada así que no puedo darme esa ducha ardiendo con la que soñaba pero aun así se agradece. Deben ser las cuatro o las cinco, pero con esta oscuridad es como si el tiempo fuera otro. La cocina es chiquita, como antigua pero me parece muy acogedora. En esa intemporalidad empiezo a hervir agua, pienso que que bien le quedaría un huevo batido, pero como es domingo no se donde lo podría encontrar, así que me acuerdo de las almedras que me quedan, cojo un buen puñado y las machaco y corto pequeñitas. Echo medio sobre de sopa para cuatro a la olla y le añado las almendras. Realmente estoy hambrienta, repaso y claro, aunque he ido picoteando las almendras y algunas piezas de frutas hoy he comido poco. La sopa, después de una jornada de cuarenta y pico kilómetros y ese día habiendo comido escaso puede parecer poco, pero a mi me volvió a saber a gloria y me pareció lo más maravilloso del mundo. Solo pensar en intentar encontrar un bar o restaurante abierto a esa hora y bajo los restos de lluvia que aun quedaban estando ya seca la sopa ganó veinte puntos más. Al pulular por la pequeña cocina descubre encima del microondas un melocotón un poco arrugado y apunto de pasarse, tiene toda la pinta que fue olvidado allí, tal y como nosotras olvidamos fruta en Corrion de los condes. Después de dudarlo tres segundos me apodero de el, no creo realmente que nadie lo eche de menos y además sino se echará a perder.
Mientras la como creo que alguien me mira. Pero estoy como que no estoy. Vuelvo un poco más en mi y veo que es el mexicano, intercambiamos algunas frases. Cuando estoy acabando entran algunas personas a las cocinas, delante mio se sienta una mujer que no recuerdo de donde y veo que poner un plato de huevos revueltos y jamón. Me pregunto, como habrá transportado en la mochila o en las alforjas huevos sin que se le rompan, le transmito mis inquietudes, nos cuesta entendernos, creo que lo hacemos en inglés, al final entiende mi pregunta y me dice que los acaba de comprar en la tienda de ahí delante... y yo; cachis! con lo bien que le hubieses quedado el huevo a mi sopa. 
Como veis... están son algunas de las grandes reflexiones y pensamientos de la que habla la gente que el camino facilita, "cachis, podía haber conseguido un huevo para mi sopa" o al menos ese tipo de pensamientos tan profundos eran los que a mi me ocupaban.

Limpio los cacharros usados y voy hacia el patio, entonces alguien me llama o me saluda desde una mesa del patio, por unos minisegundos hasta me siento molesta que alguien perturbe mi anomimato, veo una chica joven y delgada, al primer momento estoy desubicada, entonces enfrente suyo veo a un chico que si reconozco, el italiano que venía en el bus de Barcelona a Pamplona, que a los pocos días empezó con esta chica que ahora si me acuerdo, era la cantante de mamma mía, la última vez que nos habíamos visto fue en Zariaquiegui, me vienen imágenes de aquella cena tan agradable con Antonio, Arturo, los italianos y una pareja de franceses. La chica me sonríe agradablemente y él que habla castellano con su estilo italiano habla, me cuentan que estuvieron unos días caminando con un grupo de unas siete chicas de Tarragona y que hoy cenaran con otros italianos.
Saco las hojas ya empapadas que estaban dentro de las zapatillas y las vuelvo a rellenar con el papel seco que me quedaban. Veo que el sofá ese está libre, deseo estirarme en él, supongo que en una situación normal quizás me parecería un sofá antiguo, algo polvoriento y que no pondría en mi casa, pero en ese momento me parecía maravilloso poder estirarme ahí. Y así lo hice, me estiré, cerré los ojos unos segundos, al abrirlos tenía la obertura del patio interior a un metro, y a unos dos o tres metros la pared que tenía como un paisaje pintado, parecía el paraíso. Volví a cerrar los ojos, me dormí. Fue un sueño fabuloso. Seguía ahí estirada, el tiempo seguía sin sin ser tiempo, la luz seguía sin ser la luz del día ni de la noche, sentía algo muy especial, estaba relajada en extremo, y no se pensando en la gente que habla del carma o las energías pues en ese momento creo que las tenía muy buenas o positivas, me sentía en paz. Creo que es la sensación más espiritual a la que he llegado en el camino y de hecho en la vida, si hubiese sido creyente creo que hubiese tenido una aparición y todo. Estabaa como extasiada, allí estaba pero como si no estuviera mi presencia física, como si mi alma flotara... Ni idea de cuanto tiempo duro ese estado.. Me pregunto si es algo parecido a lo que les pasa a lo budistas con meditan, me imagino las imágenes esas que he visto alguna vez de cerebros en resos funcionales y como cambian en la meditación, mi cabecita pintaría colores parecidos a las de los monjes?
Impresionante vaya, y creo que por muchas palabras que intente usar para describirlo no conseguiré explicarlo bien del todo.  
 Poco a poco voy saliendo de ese estado, veo que alguien mira hacia el sofá, me apretujo un poco para que puede sentarse. Un hombre de unos 50 o 60 años me dice que si me puede hacer una foto, le digo que si, me la hace, tiene la misma cámara que yo, es valenciano, dice que soy simpática, me cuenta que el lo hace por años y me da su e-mail. En algún momento me siento. Creo que hasta algún rayo de sol aparece por ahí.
Recibo algún sms que me hace especial ilusión pero postergo algún día la respuesta para no perder ni un segundo de esos momentos de paz especial. Me levanto, saco los periodicos de mis zapatillas, no me quedan hojas, así que pongo papel de váter. Son como las 20:30 salgo a la calle a ver si tengo suerte y la tienda que me dijo la de los huevos revueltos está abierta. Así es, compro pan y tres piezas de fruta. Vuelvo al albergue. Tengo sueñito.. voy a la habitación, hoy tengo suerte, me han dado la última cama de una habitación de seis y para mujeres, así que poco probable que hay ronquidos. Subo a la litera y me acuesto..


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